Inicio Internacionales Así fue la caída de ‘Abasto Bicentenario’, el súper público que ideó el chavismo con un lema muy similar al que ahora usa Podemos

Así fue la caída de ‘Abasto Bicentenario’, el súper público que ideó el chavismo con un lema muy similar al que ahora usa Podemos

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La campaña electoral es como un mercadillo de ofertas. Algunas se esperan, muchas decepcionan y algunas sorprenden. Las propuestas de los partidos quieren ganar la atención, la confianza y hasta el voto de los ciudadanos. A veces, consiguen lo primero… y sólo lo primero.

¿Esta en ese saco el anuncio de Podemos de crear una cadena de supermercados públicos? Según aparece en su programa marco para las elecciones autonómicas y municipales, presentado este pasado sábado, se trataría de competir con las grandes cadenas de distribución alimentaria creando supermercados de capital y gestión públicos, que se llamarían Precios Justos. Ya lo propuso Adelante Andalucía en la campaña para las autonómicas de esa comunidad y, de hecho, la propuesta llegó en marzo al Parlamento andaluz.

Según la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, la pandemia ha evidenciado las flaquezas del sistema capitalista y la necesidad de crear una empresa pública en cada sector estratégico de este país. En su opinión, una cadena pública de supermercados se hace necesaria ante la subida del precio de los alimentos que «no se explica única y exclusivamente por la subida del coste de las materias premias».

Ha habido varias experiencias del tipo que proponen los morados y no todas han acabado bien. Venezuela, México, Suecia, Argentina y Brasil son algunos ejemplos.

Venezuela

Abasto Bicentenario es una red de supermercados públicos que funcionó en Venezuela entre 2010 y 2019. Por impulso de Hugo Chávez, surgió como resultado de la expropiación de las cadenas CADA y Éxito, del grupo francés Casino. 

Por un error sobre los verdaderos propietarios, el Estado tuvo que pagar 690 millones de dólares a sus propietarios para evitar roces diplomáticos. Un año después, en 2011, el líder venezolano presentó la Ley de Precios Justos, que limitaba los márgenes de beneficio de los comerciantes al 30%.

Los supermercados Abasto Bicentenario funcionaron en Venezuela entre 2010 y 2019.
Los supermercados Abasto Bicentenario cerraron en Venezuela en 2019.
Minppal Oficial

La cadena Abasto Bicentenario llegó a contar con 39 sucursales y 6 hipermercados, distribuidas en Caracas y 13 estados del país. Pero aunque procuraba alimentos a precios rebajados, su gestión dejó mucho que desear.

Tanto, que en 2016 el presidente Nicolás Maduro ordenó su reestructuración en asegurando que estaban sumergidos en la corrupción. «Abasto Bicentenario se pudrió. Lo digo con toda responsabilidad, que me compete, la corrupción entró y los arruinó», aseguró Maduro en aquel momento.

Abasto Bicentenario se pudrió. Lo digo con toda responsabilidad, que me compete, la corrupción entró y los arruinó»

El régimen había descubierto, eso dijo, que se desviaban las ventas y se comercializaban con sobreprecio a los restaurantes. Hubo denuncias de irregularidades de funcionamiento, corrupción, falta de insumos y conflictos laborales. Numerosos gerentes fueron detenidos y la red de supermercados pasó a manos de los Consejos Comunales como distribución directa de mercados.

Pero de nada sirvió. Abastos Bicentenario fue a menos y en 2019 solo quedaba una tienda. Ese mismo año desapareció. Más de 10.000 trabajadores se fueron a la calle. Algunos de sus establecimientos pasaron a ser sucursales de las Tiendas CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción).

Estos grupos fueron creados por el gobierno venezolano en 2016 como un mecanismo para la distribución de alimentos subvencionados. Los forman miembros de organizaciones comunitarias y políticas relacionadas con el Ejecutivo.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
EFE

El régimen los defiende como un instrumento necesario para garantizar los derechos de la población más vulnerable, pero ha habido acusaciones de discriminación y clientelismo.

Al inicio del 2018, medicamentos y algunos alimentos básicos habían desaparecido de las tiendas. Maduro culpaba de la grave crisis económica de Venezuela a los comerciantes, a la oposición y a los Estados Unidos.

El Gobierno ordenó a las cadenas nacionales y regionales realizar un ajuste en los precios de diversos artículos: debían bajar sus precios e igualarlos con los del 15 de diciembre de 2017. Además, el presidente pidió al Tribunal Supremo y al Ministerio Publico que tuvieran mano dura con los grupos empresariales que causaran daños acaparando productos.

México

La Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) fue una empresa paraestatal creada en México en 1961 durante el gobierno de Adolfo López Mateos. «Se creó para defender a la gente pobre, mantener los precios de garantía a los campesinos y conservar los de equidad en el mercado nacional», decía el anuncio oficial de aquel año.

En ese momento se montaron seis tiendas móviles en barrios pobres de México DF, donde se vendían alimentos, ropa y calzado a precios muy baratos. Como dice El Universal, «la Conasupo era la tienda del pueblo».

Leche mexicana de Liconsa.
Leche mexicana de Liconsa.
TV Azteca

En 1965, como parte de la Conasupo se creó la Compañía Hidratadora de Leche, que en el año 1972 se transformaría en Liconsa. De su mano, en los años 80 a México llegó leche radioactivamente contaminada.

Conasupo se creó para defender a la gente pobre, mantener los precios de garantía a los campesinos y conservar los de equidad en el mercado nacional»

Conasupo le compraba leche en polvo a Irlanda. Y de allí vino, entre 1986 y 1987, leche radioactiva que, de acuerdo con estudios posteriores, habría estado contaminada por la explosión de la planta nuclear de Chernobyl. El Gobierno de Miguel de la Madrid prefirió hacer caso omiso a las recomendaciones y comenzó a distribuir las más de 28.000 toneladas de leche compradas al país europeo.

La Conasupo desapareció en 1999. Ya bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, en enero de 2019 se creó Seguridad Alimenticia Mexicana (Segalmex) como organismo heredero de Conasupo. Debía garantizar la autosuficiencia alimentaria. Sin embargo, ha resultado ser un enorme caso de corrupción con un multimillonario desfalco de por medio.

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.
EP | EFE

Se ha descubierto que Segalmex firmaba acuerdos millonarios por productos que nunca eran entregados. Por ejemplo, acordó cinco contratos para la compra de carne de res, pollo y cerdo por valor de casi 4 millones de dólares, de la que solo recibió una parte. Además, entre 2019 y 2022, se compraron bonos bursátiles con dinero de Segalmex, algo prohibido por la ley mexicana.

Sólo en los primeros tres años de funcionamiento de Segalmex, la Auditoría Superior de la Federación ha encontrado irregularidades en el gasto de 15.151 millones de pesos (unos 780 millones de euros).

Suecia

En el país nórdico funciona la cadena Matmissionen, pensada para personas pobres. Claro que cuando en Suecia dicen pobres no se refieren a personas que pasan hambre sino personas con un nivel de vida más bajo que la media.

Matmissionen (Misión alimentaria) tiene ocho tiendas en diferentes ciudades de Suecia, una app para la compra y reparte alimentos en 25 refugios para personas con verdaderas dificultades. Los precios son muy baratos: se paga un tercio del precio original de cada producto.

Establecimiento de la cadena de supermercados Matmissionen en Suecia.
Establecimiento de la cadena de supermercados Matmissionen en Suecia.
WIKIPEDIA/AleWi

Para comprar en estos supermercados hay que ser socio y para ello es necesario demostrar que se tiene un nivel bajo de ingresos. Suecia utiliza la definición de la Unión Europea de «riesgo de pobreza». Así, una persona está en una situación de riesgo cuando vive con menos del 60% del ingreso medio del país.

Pero con los precios disparados, también en Suecia (2022 cerró con una inflación acumulada del 10,1%), en Matmissionen no sólo compran los muy pobres. «Hemos notado una mayor necesidad de apoyo entre las personas que conocemos a través de nuestra organización», le decía a BBC Johan Rindevall, jefe de la cadena en Estocolmo, el pasado mes de diciembre.

Argentina

Para su propuesta Podemos ha copiado el nombre de la iniciativa argentina llamada Precios Justos. Funciona «fijando los precios de 2.000 productos de primera necesidad por 120 días, mediante acuerdos voluntarios con empresas productoras y comercializadoras», dice su web.

No hay tiendas públicas sino una serie de supermercados, distribuidores mayoristas y comercios adheridos al programa por provincia o región. En ellos pueden adquirirse los productos, que se localizan a través de la web o de la app creada para los móviles. A la hora de comprar se escanea el código de barras de cada producto y de ese modo el consumidor sabe si está «alcanzado» por la medida, es decir, si su precio está rebajado.

Precios Justos fija los precios de 2.000 productos de primera necesidad y se usa una app del móvil para ello.
Precios Justos fija los precios de 2.000 productos de primera necesidad y se usa una app del móvil para ello.
Argentina.gob.ar

Precios Justos se llamó Precios Cuidados cuando nació en 2013 durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. El programa continuó durante la presidencia de Mauricio Macri y lo relanzó el actual presidente Alberto Fernández. La iniciativa fue renovada el año pasado para «congelar» el precio de unos 949 productos de almacén, limpieza, perfumería, alimentos y bebidas.

El programa Precios Justos «tiene como objetivo reducir la expectativa inflacionaria y tender a la estabilidad de los precios en el corto plazo, para recuperar el poder de compra de los ingresos de la población». Comprende mucho más que la compra diaria. Se incluyen quince sectores llamados en Argentina: consumo masivo, indumentaria, calzado, hogar, construcción, celulares, pequeños electrodomésticos, educación, canasta escolar, insumos industriales, textiles, motos, bicicletas, medicamentos y venta por catálogo.

Brasil

La Empresa Baiana de Alimentos (EBAL) fue creada en 1979 por Antonio Carlos Magalhaes. Era una compañía estatal cuyo objetivo era desarrollar y gestionar una cadena de supermercados en el estado de Bahía. Así nació la red de supermercados Cesta do Povo (‘cesta del pueblo’), que llegó a ser la segunda mayor en Bahía.

Era la última de control estatal en el país, pero en 2018 el Partido de los Trabajadores (el de Lula da Silva) la privatizó. «Cesta do Povo no es capaz de competir con las redes privadas de supermercados. Las grandes del sector tienen agilidad a la hora de negociar y definir precios, muy diferente de una empresa pública», justificó en aquel momento el gobernador Rui Costa.


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