Opinión El milagro del piano de Saddam 4 minuto leer Comentarios desactivados en El milagro del piano de Saddam 0 Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en Google+ Compartir en Reddit Compartir en Pinterest Compartir en Linkedin Compartir en Tumblr Ese piano fue su salvación. Había llegado a Irak con 20 años, su uniforme de soldado, mucho miedo, y un solo propósito: enderezar su vida. Su novia de entonces acababa de quedar embarazada y él quería asegurarle a la hija que estaba por nacer, un futuro. Por lo pronto, el seguro médico gratuito del ejército y la tranquilidad de no tener que pensar en otros gastos. Pero el desembarco en la guerra no fue lo que imaginaba. Estaba solo, muy lejos de casa, y aterrado: en esa condición podía fácilmente morir o hacer que otro lo hiciera. Robert Sheetz, uno de los capitanes de su unidad, lo identificó enseguida como el eslabón más débil de los hombres a su cargo. Leyendo su perfil, supo lo que la música significaba para Michael Trotter. Y dispuesto a ayudarlo, tuvo una idea: le propuso que bajara al sótano del lugar en que estaban acuartelados, entre escombros y paredes derruidas, y usara el piano que había allí. El lugar era el palacio de Saddam Hussein, el dictador derrocado, y a él le pertenecía, claro, ese magnífico piano vertical negro. Todos los días, durante 15 meses, Trotter se sentó frente al instrumento, tratando de develar sus misterios: sólo había tomado una clase en tercer grado de primaria, aunque no le interesó y abandonó las lecciones. Había crecido escuchando tocar a su abuela, y acunado por las canciones de Nat King Cole, Nina Simone y Harry Belafonte en la radio. Pero fue recién cuando Sheetz cayó en combate que la música y su destino se le revelaron a Trotter con toda claridad: compuso un tema fúnebre para su capitán, que hermanó a todos en la emoción. A eso se dedicó los 7 años que estuvo en Irak. El regreso no fue fácil: estrés postraumático, depresión y ansiedad crónicas, lesiones en las piernas. En 2014 conoció a Tanya, la cantante que hoy es su mujer, la que lo rescató de un intento de suicidio en 2017 y su compañera en The War and Treaty, el dúo musical que formaron entonces y que entró este año en la lista Billboard de artistas emergentes. Convencido del poder de sanación de la música dice que eso, y el amor, es lo que mantiene viva su esperanza. Mirá también Link de la Fuente Comparte esto:Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva) Relacionado