Internacionales «Es la primera vez que un conflicto impacta de esta forma en el desarrollo económico de la UE» 15 minuto leer Comentarios desactivados en «Es la primera vez que un conflicto impacta de esta forma en el desarrollo económico de la UE» 0 Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en Google+ Compartir en Reddit Compartir en Pinterest Compartir en Linkedin Compartir en Tumblr La Unión Europea ya no piensa desde la tranquilidad que da la paz. Ya no se piensa a sí misma como un espacio inalterable de tranquilidad y sosiego. Acostumbrada a las crisis, la Unión muta con el paso de los años, se viste de lo que la realidad obliga, y esa capacidad de adaptación, que creció con la Covid después de un ensayo fallido en 2008, ha llevado al bloque a entrar en una especie de economía de guerra. «Recorriendo Europa, he podido darme cuenta, de cerca, de que la capacidad europea de producción no tiene nada que envidiar a nuestros socios. Pero en materia de defensa, nuestras industrias deben pasar al modo de economía de guerra«, avisó el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, que no pudo ser más claro sobre el asunto. La UE tiene que pisar el acelerado, y tiene que hacerlo ya. En algunos puntos, de hecho, ha firmado avances desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, pero lo queda mucho por hacer. Así, la última propuesta de la Comisión Europea ha sido un mecanismo dotado de 500 millones de euros para elevar la capacidad de producción militar en Europa, no solo con el objetivo de seguir dando apoyo a Kiev en su guerra contra Putin, sino también para que los Estados miembros puedan recuperar la capacidad que se ha visto mermada precisamente por ese respaldo a Ucrania. En Bruselas reconocen que se ha entrado en la era de la Defensa, con un discurso que tanto en los pasillos de las instituciones comunitarias como en las capitales de los socios ya ha cambiado desde hace meses. Además, la Comisión reconoce que la actual capacidad de fabricación y las cadenas de suministro y de valor existentes no garantizan la entrega de material militar para cubrir las necesidades de los Estados miembros, y quiere que se puedan usar fondos de Cohesión para la cuestión defensiva al tiempo que entiende dónde está el verdadero cambio: antes de febrero de 2022, cuando empezó la invasión de Ucrania, la demanda de material militar era «modesta» pero eso ha cambiado radicalmente. «Es necesario impulsar la base industrial para cambiar el paradigma», aseguró Breton. «Una Europa que quiera ser un actor global necesita de una política de defensa común«, insiste Jordi Cañas, eurodiputado de Ciudadanos, que explica desde Estrasburgo a 20minutos que el debate a corto plazo está en cubrir las necesidades de Ucrania «pero hay otro a medio y largo» que consiste en saber cómo se va a comportar la UE a nivel de Defensa. A su parecer, es capital que la UE cuente con «unidades militares permanentes» que estén preparadas para «ser desplegadas rápidamente allí donde la Unión lo necesite». Cañas aboga por centrarse en la «interoperabilidad» y en unas cadenas de suministro con las que la industria europea coja verdadero impulso. No se habla tanto de ejército europeo sino de analizar las capacidades de los 27 para que cada uno pueda aportar a esa capacidad y a esas misiones que se lancen en el futuro, pensando en crisis como la de hace dos años en Afganistán o como la que está sucediendo ahora en Sudán. Desde estas dos perspectivas -presente y futuro- la UE ve cómo la invasión rusa de Ucrania, dice Cañas, ha sido «un acelerador». Pero los avances se vienen dando desde hace tiempo, pues solo un mes después de que Putin se abalanzase sobre Ucrania los 27 bendijeron el plan para lanzar en la próxima década una fuerza militar común de acción rápida, dotada de hasta 5.000 soldados, para reaccionar en situaciones de crisis. «Todos estamos convencidos de que Europa está en peligro», espetó entonces el Alto Representante, Josep Borrell. El objetivo es que esté en pleno funcionamiento en 2025. «No se trata de un Ejército Europeo, sino de trabajar más juntos, de coordinarnos mejor», sostuvo Borrell. Esa es la línea que reafirmaron además los dos motores de la UE, Francia y Alemania, solo un tiempo después: ahora apuestan por seguir profundizando precisamente en una política común de Defensa. El discurso está calando en los Estados miembros. «No solo debemos invertir más, sino ciertamente gastar e invertir más, juntos. Con opciones como mercados conjuntos, reforzar la base industrial y tecnológica europea en ese ámbito. Especialmente teniendo en cuenta el papel las pymes», comentó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, siguiendo el argumentario del propio Borrell. La clave en este punto está, incidieron, «en la coordinación». Es la Defensa la que llama a la puerta de la Unión Europea, y por eso ella no puede mirar para otro lado Por su parte, Daniel Gil, analista en The Political Room, matiza que «no hay que cargar las palabras de un significado que no tienen» y por eso no cree que hablar de «economía de guerra» se lo más adecuado, porque esta en el caso de la UE no queda supeditada al contexto bélico. «La UE no está en una economía de guerra» pero esto sí es «lo más cercano a ello, porque se han tenido que hacer cambios sustanciales en el sistema económico europeo» pensando en un escenario como el actual. «Sí que se puede marcar un antes y un después», esgrime. «Es la vez en toda la historia de la UE que más ha impactado una guerra en el desarrollo económico del bloque», prosigue Gil, porque la Unión «ha tenido y tiene que preocuparse por cosas de las que no se tenía que preocupar antes, como es el caso del debate sobre la Defensa». Con la invasión rusa de Ucrania es la Defensa la que «llama a la puerta» de la Unión Europea, y por eso ella «no puede mirar para otro lado». Ahora tiene que dar soporte a Ucrania y por eso la mentalidad ha cambiado de manera tan radical, según el analista. En este escenario, la UE sabe que trabaja contra reloj para cumplir primero con las exigencias de Kiev, que ya ha criticado al bloque por su lentitud, pero también para rearmarse a sí misma. Bruselas asume que el ritmo es mucho más bajo de lo esperado, pero la estructura institucional de la UE no permite una velocidad mucho mayor. Aún así, el discurso no cambia y parece que no lo hará en el futuro. «No hay tiempo que perder. Hemos convocado a toda la industria de defensa y misiles de la UE para definir el camino a seguir para aumentar la producción«, concluyó Borrell esta misma semana, exigiendo un «compromiso colectivo» para producir un millón de proyectiles en un año. «La UE ya ha comprendido el lenguaje de la fuerza» Para Rubén Cavero, de Equipo Europa, «la Unión ya ha comprendido el lenguaje de la fuerza» y recuerda la entrada de Dinamarca en la política común de Defensa y hace hincapié también en el uso del Mecanismo Europeo para la Paz, que por primera vez se ha activado en un conflicto en marcha en el caso de Ucrania (ya se acumulan varios miles de millones de euros de respaldo a Kiev). «Esta es una forma de crear un hub europeo con la industria armamentística», reafirma Cavero. «Todo esto está lejos de la idea que tenía Macron de un ejército europeo, pero se van dando pasos no tanto en un cuerpo tan formal pero sí a nivel de acuerdos militares y cooperación para desde ahí ir creciendo», resume. «Estos avances no son tan sonoros como puede ser por ejemplo ese ejército europeo, pero se dan y es lo importante». La UE ya no es la misma porque el mundo tampoco lo es. Todo va rápido, y por eso el bloque necesita coger velocidad en reactivar su sector de la Defensa. En Bruselas dejan claro que están en ello. Link de la Fuente Comparte esto:Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva) Relacionado