Inicio Opinión Pobreza en el 52%: sus causas y consecuencias

Pobreza en el 52%: sus causas y consecuencias

11 minuto leer
Comentarios desactivados en Pobreza en el 52%: sus causas y consecuencias
0


Tal como anticipó el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, según los microdatos oficiales de la EPH-INDEC, en el primer trimestre del año la pobreza habría ascendido interanualmente de 38,7% a 54,9%, al mismo tiempo que la indigencia habría pasado de 8,9% a 20,3%.

A la vez que las estimaciones para el segundo trimestre del año muestran una caída, tanto de la tasa de indigencia como de la pobreza: 15,9% y 49,4%, respectivamente. Es decir, esto dejaría un promedio aproximado para el primer semestre del año de 18% y 52% (9 puntos más de pobreza extrema y 12 puntos más de nuevos pobres que hace un año atrás).

Estos valores, aunque todavía lejos de la crisis de 2002, son los más altos registrados desde 2004. Y si bien la situación podría ser peor, tales niveles de deterioro constituyen el efecto natural de una acumulación de desequilibrios económicos contenidos por los gobiernos anteriores y puestos al desnudo con poca anestesia por el gobierno actual. Por lo mismo, son también el emergente social del fin de un orden político-económico que ya hace tiempo estaba agotado.

Lamentablemente, otra vez, nuevos pobres y pobres más pobres, en ambos casos, ciudadanos inocentes de un quehacer político alejado las necesidades y expectativas presentes y futuras de la sociedad.

La caída del ritmo de inflación, la recuperación parcial de salarios (sobre todo del sector privado formal) y de los haberes jubilatorios, los aumentos en las asignaciones y pensiones sociales, la leve recuperación el consumo, y el hecho de que la pérdida de empleos haya sido -al menos todavía- muy moderada, explican la mejora relativa que se habría registrado a partir del segundo trimestre del año.

Sin embargo, un cierto amesetamiento de la recuperación y no pocas incertidumbres macroeconómicas generan sospechas fundadas a que se aceleren las mejoras sociales durante el resto del año.

Pero el deterioro alcanzado en materia de indigencia y de pobreza da cuenta en realidad de una crisis más estructural. La respuesta oficial ha sido un férreo plan de ajuste, junto al inicio de una renovada ola de reformas de liberalización económica que pretenden lograr un cambio refundacional del contrato social.

Pero, por mucho que a una parte importante del campo político e intelectual no le guste el sentido de estas medidas ni sean aceptables sus consecuencias, el resultado democrático electoral legitima el rumbo, y la necesidad de un cambio se ha convertido en un imperativo social categórico. No sólo porque la “procesión va por dentro” sino porque las crisis disciplinan, en tanto que obligan a levantar la mirada en búsqueda de nuevos horizontes. Comprender correctamente el momento actual es condición necesaria para poder revertir la situación.

El escenario actual es el resultado de una acumulación de desajustes económicos, sociales y políticos mal gestionados durante mucho tiempo. La crisis expresa el fin del modelo político-económico de la post convertibilidad. Un régimen fundado en el consumo interno subsidiado, sin tasas de inversión, productividad y exportaciones crecientes, en una sociedad estimulada por las promesas de bienestar y de progreso, más allá de sus intenciones, no podía llegar muy lejos.

La emisión monetaria sin respaldo, el endeudamiento interno o externo sin capacidad de pago, la ausencia de reformas fiscales integrales, el desequilibrio crónico en las cuentas públicas, entre otras malas praxis, generaron el resto: falta de inversión, pérdida de activos, caída en la generación de empleo, inflación, aumento de la pobreza crónica, inmovilidad social y una brutal desigualdad estructural. Nada sobre lo cual sea deseable volver atrás. Ni tampoco nada, al menos por ahora, que pueda ser imputado al nuevo oficialismo libertario.

Pero a no confundirse, la situación presente todavía forma parte de un pasado que llega a su fin, sin que aún haya emergido definitivamente lo nuevo. Debido al abuso que las diferentes dirigencias hicieron de la paciencia social, el péndulo de la historia ha retornado golpeando con especial fuerza, dejando atrás principios de justicia social, y poniendo en escena un agresivo discurso de libertad de mercado por sobre la intervención del Estado, del interés individual por sobre la justicia social, de la concentración de capital por sobre la distribución de la riqueza, de la garantía a una permanente exclusión asistida por sobre el acceso a un trabajo digno para todos.

En ese contexto, resurgen desde la sociedad signos y relatos largamente contenidos de una derecha individualista y autoritaria. A lo que se suma un cambio cultural en términos generacionales, tanto en sectores populares como medios, sometidos a un contexto de empobrecimiento, movilidad descendente y sin horizonte de futuro ni proyecto de sociedad pasada que valiera la pena defender.

En ese sentido, un sistema inestable, en fase de agotamiento, abierto al cambio y sin posibilidades de volver atrás. Por lo mismo, en este presente complejo, una vez más empobrecido, más que los efectos de un fracaso político-económico reciente, estamos transitando una crisis sistémica, la cual impone para su superación un innovador acuerdo social que permita construir mejores horizontes.

La crisis que estamos transitando es parte de lo viejo, de un orden político y social definitivamente agotado. Lo nuevo está por nacer, y este proceso arrastra una regla universal: la forma de resolución, sus actores y sus guiones no están determinados.

Por lo mismo, es un tiempo de construcción de oportunidades. ¿Están las dirigencias políticas, sociales e intelectuales de este país en condiciones de brindar soluciones responsables, acuerdistas e innovadoras a esta encrucijada histórica?

Agustín Salvia es Director del Observatorio de la Deuda Social Argentina, ODSA-UCA. FCS/UBA-CONICET


Link de la Fuente

Cargue Artículos Más Relacionados
Cargue Más Por Mundo Político
Cargue Más En Opinión
Comentarios cerrados

Mira además

Israel vuelve a atacar una base de FINUL en el Líbano y otros dos cascos azules resultan heridos

El ejército de Israel ha vuelto a atacar este viernes posiciones de la Fuerza Interina de …