Sánchez defiende que actuó «con contundencia» contra Ábalos y que su Gobierno es «limpio»

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido este viernes desde el Vaticano que actuó «con contundencia» contra el exministro José Luis Ábalos en cuanto hubo «atisbo» de posible corrupción y que su Gobierno es «limpio». Así lo ha dicho en una comparecencia ante los medios tras visitar durante 35 minutos al papa Francisco.

Tras salir a la luz las posibles conexiones directas del exministro Ábalos con la trama de corrupción que lleva el nombre de su asesor, Koldo García,  Sánchez ha pedido mantener la absoluta confianza en las instituciones públicas ya que «cuando ha habido el más mínimo atisbo (de posible corrupción) se ha actuado con contundencia, determinación y convicción, y en este asunto lo hemos hecho».

Sánchez ha recordado que la respuesta ya fue inmediata cuando «desgraciadamente» se conoció la implicación de Ábalos, «pidiendo el acta del exministro Ábalos y abriéndole un expediente de expulsión» del partido socialista.

Antes, en el inicio de su comparecencia vaticana ha condenado el ataque israelí a la «misión de la ONU» en Líbano, y ha defendido su apuesta por «encontrar la vía diplomática de los conflictos en términos pacíficos» y de acuerdo a la legalidad internacional en Oriente Próximo.

Además de la guerra, el otro tema que han tratado el papa y Sánchez es la crisis migratoria en Canarias. El presidente del Gobierno le ha trasladado al papa que ve necesario abordar la migración desde un punto de vista «humanista», con férreo control a las mafias que trafican con personas, ayudas a los países de origen para su estabilidad, pero teniendo en cuenta que harán falta cuatro millones de personas en edad laboral para sostener la economía.

Visita de trabajo

Sánchez llegó este viernes a las 8:52 horas a su cita en el Vaticano con el papa Francisco con el que se reúne por segunda vez, después de su primer cara a cara en octubre del 2020. 

Fuentes del Gobierno han catalogado la visita –a la que ha acudido solo, sin su mujer Begoña Pérez que sí le acompañó la última vez– como una «reunión de trabajo» y no como una visita de Estado al uso, de carácter eminentemente institucional, como la que tuvo lugar hace cuatro años.

El Papa lo esperó en su Biblioteca privada, en el segundo piso del Palacio Apostólico, su lugar de trabajo, para el encuentro privado.