Nacionales un futuro entre la paradoja y la implosión 7 minuto leer Comentarios desactivados en un futuro entre la paradoja y la implosión 0 Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en Google+ Compartir en Reddit Compartir en Pinterest Compartir en Linkedin Compartir en Tumblr 23 de octubre 2023 – 01:50 A partir de 2015, la política nacional ingresó en el terreno de las alianzas. Solos no alcanzaba. Los partidos tradicionales, el peronismo y la UCR, buscaron ampliarse en sociedades que les permitieran disputar con chances el poder. Mariano Fuchila A partir de 2015, la política nacional ingresó en el terreno de las alianzas. Solos no alcanzaba. Los partidos tradicionales, el peronismo y la UCR, buscaron ampliarse en sociedades que les permitieran disputar con chances el poder. La unión entre el PRO de Mauricio Macri -artífice ahora del tembladeral en el que están sumergidos los amarillos- con el radicalismo fue el pacto emergente de Cambiemos primero, rebautizado en Juntos por el Cambio después. Una fuerza que apuntaba a ser un elenco estable contra las distintas versiones de los conglomerados peronistas. En esa lógica, era el PJ el que parecía más incómodo en la necesidad de acuerdos, acostumbrados de origen a jefaturas verticales, y con dificultades para compartir las decisiones de Gobierno -y de poder-. Sin embargo, los resultados de ayer dejan a Juntos por el Cambio ante la posibilidad cierta de hacerse añicos. Y de una eventual disolución que abre una serie de interrogantes para el futuro. El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores. suscribirse ya estoy suscripto En primer lugar, la paradoja: al tiempo que la alianza UCR-PRO logra por primera vez un poder territorial en todo el país, con la misma cantidad de gobernaciones que el peronismo de forma inédita (ayer ganó la novena en Entre Ríos con Rogelio Frigerio), arrecian las dudas sobre los liderazgos de esos jefes provinciales a partir de ahora. ¿Será un experonista como el puntano Claudio Poggi leal a Juntos por el Cambio? ¿O migrará ante el llamado al gobierno de unidad que propone Sergio Massa, en caso de ganar? Quizás haya sido en vano arrebatarle al peronismo bastiones como San Luis, San Juan o Chaco. Al menos en términos estratégicos. Por supuesto, la incógnita mayor y que recorre las venas cambiemita incluso antes de las elecciones de ayer es qué harán los radicales. Muchos de ellos ya miraban de lejos la sociedad del PRO. Ahora, con la alianza a distancia del fuego, y con Milei parándose como un virtual jefe opositor, los llamados de Massa a “los mejores” puede resultar el anzuelo para retornar a un pacto como el que reinó en tiempos de Néstor Kirchner. Dirigentes de la UCR alineados a una conducción PJ, con reparto de cargos clave para incentivar un nuevo abrazo, que se repite en distintos momentos de la historia. Informate más Tampoco está despejado el camino para el PRO en su conjunto. Fue Macri el mentor de la pulseada Bullrich-Rodríguez Larreta que dejó demasiados heridos y que llevó a una distancia que no logró maquillar la convocatoria tardía y desesperada sobre el cierre de la campaña, cuando el barco ya se iba a pique. El propio jefe de Gobierno porteño, aliados como Diego Santilli y el ala blanda del PRO no tendría mayores incentivos para continuar de la mano de los halcones. Asimismo, la otra variable que tendrá en vilo al PRO en los próximos días es si Macri recoge el guante lanzado por Milei desde su búnker. El expresidente ya había abierto las puertas al libertario, en un primer gesto que marcaba la posible implosión de Juntos por el Cambio. No suenan inocentes las declaraciones de Macri alabando a Milei después de las PASO; declaraciones que fueron repudiadas por Bullrich en su momento. Aniquilado Larreta en las primarias en cada ámbito en el que quiso competir, los guiños a Milei develan las cartas finales, más allá de la presencia ayer en el escenario de la derrota. Quedan semanas para saber si se concreta la diáspora que dinamite al frente que le disputó el poder al peronismo en la última década. Link de la Fuente Comparte esto:Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva) Relacionado
A partir de 2015, la política nacional ingresó en el terreno de las alianzas. Solos no alcanzaba. Los partidos tradicionales, el peronismo y la UCR, buscaron ampliarse en sociedades que les permitieran disputar con chances el poder. La unión entre el PRO de Mauricio Macri -artífice ahora del tembladeral en el que están sumergidos los amarillos- con el radicalismo fue el pacto emergente de Cambiemos primero, rebautizado en Juntos por el Cambio después. Una fuerza que apuntaba a ser un elenco estable contra las distintas versiones de los conglomerados peronistas. En esa lógica, era el PJ el que parecía más incómodo en la necesidad de acuerdos, acostumbrados de origen a jefaturas verticales, y con dificultades para compartir las decisiones de Gobierno -y de poder-. Sin embargo, los resultados de ayer dejan a Juntos por el Cambio ante la posibilidad cierta de hacerse añicos. Y de una eventual disolución que abre una serie de interrogantes para el futuro.
En primer lugar, la paradoja: al tiempo que la alianza UCR-PRO logra por primera vez un poder territorial en todo el país, con la misma cantidad de gobernaciones que el peronismo de forma inédita (ayer ganó la novena en Entre Ríos con Rogelio Frigerio), arrecian las dudas sobre los liderazgos de esos jefes provinciales a partir de ahora. ¿Será un experonista como el puntano Claudio Poggi leal a Juntos por el Cambio? ¿O migrará ante el llamado al gobierno de unidad que propone Sergio Massa, en caso de ganar? Quizás haya sido en vano arrebatarle al peronismo bastiones como San Luis, San Juan o Chaco. Al menos en términos estratégicos. Por supuesto, la incógnita mayor y que recorre las venas cambiemita incluso antes de las elecciones de ayer es qué harán los radicales. Muchos de ellos ya miraban de lejos la sociedad del PRO. Ahora, con la alianza a distancia del fuego, y con Milei parándose como un virtual jefe opositor, los llamados de Massa a “los mejores” puede resultar el anzuelo para retornar a un pacto como el que reinó en tiempos de Néstor Kirchner. Dirigentes de la UCR alineados a una conducción PJ, con reparto de cargos clave para incentivar un nuevo abrazo, que se repite en distintos momentos de la historia.
Tampoco está despejado el camino para el PRO en su conjunto. Fue Macri el mentor de la pulseada Bullrich-Rodríguez Larreta que dejó demasiados heridos y que llevó a una distancia que no logró maquillar la convocatoria tardía y desesperada sobre el cierre de la campaña, cuando el barco ya se iba a pique. El propio jefe de Gobierno porteño, aliados como Diego Santilli y el ala blanda del PRO no tendría mayores incentivos para continuar de la mano de los halcones. Asimismo, la otra variable que tendrá en vilo al PRO en los próximos días es si Macri recoge el guante lanzado por Milei desde su búnker. El expresidente ya había abierto las puertas al libertario, en un primer gesto que marcaba la posible implosión de Juntos por el Cambio. No suenan inocentes las declaraciones de Macri alabando a Milei después de las PASO; declaraciones que fueron repudiadas por Bullrich en su momento. Aniquilado Larreta en las primarias en cada ámbito en el que quiso competir, los guiños a Milei develan las cartas finales, más allá de la presencia ayer en el escenario de la derrota.
Quedan semanas para saber si se concreta la diáspora que dinamite al frente que le disputó el poder al peronismo en la última década.