Internacionales viven rodeados de lujo y aislados del exterior por seguridad 8 minuto leer Comentarios desactivados en viven rodeados de lujo y aislados del exterior por seguridad 0 Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en Google+ Compartir en Reddit Compartir en Pinterest Compartir en Linkedin Compartir en Tumblr La vida privada de Vladimir Putin está llena de secretos y misterios. El presidente de Rusia es muy celoso de su intimidad y poco se sabe de su vida familiar. Pero ahora, un informe filtrado en su país ha arrojado luz acerca de uno de sus aspectos más misteriosos: sus hijos. Este informe procede de The Dossier Center, un grupo de investigación de Rusia, y ha sido recogido por medios como Business Insider. Según esta información, Putin tiene dos hijos menores, Ivan y Vladimir Jr, nacidos en 2015 y 2019 fruto de su relación con la exgimnasta Alina Kabaeva. El informe añade que los niños viven en una finca de lujo en un estricto régimen de aislamiento por motivos de seguridad, y que ni siquiera conviven con otros niños. De Putin se sabe que tiene dos hijas con su ex esposa, Lyudmila Putina. Aunque nunca ha confirmado públicamente sus identidades, se cree que son Maria Vorontsova, bióloga, y Katerina Tikhonova, empresaria. El informe del Dossier Center afirma que Ivan Putin nació en 2015 en una clínica privada en Lugano, Suiza, mientras que Vladimir Jr nació en 2019 en Moscú. El Dossier Center está dirigido por el exiliado opositor ruso Mikhail Khodorkovsky y ha estado publicando historias sobre Putin y su círculo desde 2018. Su último informe dice que los detalles de las vidas de los niños están celosamente guardados y que los niños han usado «documentos de identidad falsos desde la infancia, que en su mayoría están hechos para oficiales de inteligencia y personas bajo protección estatal». «Sus fechas de nacimiento sólo las conocen sus parientes más cercanos«, dice el informe. Los niños llevan una vida aislada en la lujosa finca de Putin en Valdai, al noroeste de Moscú, donde están rodeados de tutores, niñeras, entrenadores deportivos y agentes de seguridad, según el Dossier Center. Según un informe de 2021 elaborado por allegados a Alexander Navalny, el disidente ruso que murió en circunstancias sospechosas en enero, Valdai es la «propiedad favorita» de Putin. El informe dice que quienes visiten la finca de Valdai, incluidos los niños, deben pasar primero por una cuarentena de dos semanas. Se dice que el propio Putin insistió en esta medida en el apogeo de la pandemia de covid-19 y que se aplicó para quienes se veían con él. Según el informe, los niños pasan los inviernos esquiando en Sochi, en el Mar Negro, donde Putin tiene otro gran palacete. Sus veranos los pasan en yates, confinados en aguas rusas a raíz de la guerra de Ucrania. «Tienen que jugar la mayor parte del tiempo solos o con adultos… Sólo ven a sus padres a altas horas de la noche, y a sus compañeros, sobre todo durante las grandes celebraciones», dice el informe. La investigación dice que los niños tienen aviones privados, trenes blindados, helicópteros o yates a su disposición. Al igual que su padre, la seguridad a su alrededor es extrema. «Al igual que Vladimir Putin, sus hijos tienen sus propias tazas y beben sólo de ellas«, dice el informe, mientras que los agentes de seguridad «siempre están cerca de los niños». La investigación dice haber descubierto anuncios en un sitio web que ofrece servicios de tutoría para rusos de élite que anuncian puestos de enseñanza para los niños. El anuncio solicita tutores que puedan enseñar inglés y acepten que no podrán salir de la finca aislada donde viven los niños. El salario es de 8.540 dólares (7.700 euros) al mes, según el informe. Según los investigadores, Putin prefiere que los tutores sean de nacionalidad sudafricana, porque se los considera menos negativos hacia Rusia tras la guerra de Ucrania. El informe agrega que los niños rara vez ven a su padre pero que éste «trata a sus hijos con más reverencia que antes a sus hijas». Añade que Putin es «el único que puede hablarles con severidad». «Ninguno (de los miembros del personal) se arriesga a discutir con los niños, por lo que los chicos crecen creyendo que son excepcionales. Se les cumple cualquier capricho y consideran todas las residencias en las que viven como su propiedad personal», dice el informe. Link de la Fuente Comparte esto:Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva) Relacionado