Cómo detectar la confiabilidad de las criptomonedas

Durante el año 2008, hace aproximadamente 16 años, irrumpió en el mundo de las finanzas y negocios una tecnología que cambiaría por completo el concepto de moneda digital. Bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto –una o varias personas– introdujeron el concepto denominado Bitcoin, basado en la plataforma digital Blockchain.

Esta solución fue definida por su autor como una versión puramente electrónica de efectivo que permitiría que los pagos en línea se enviasen directamente de un ente a otro sin tener que pasar por una institución financiera. Firmas digitales proveen parte de la solución, pero los beneficios principales se pierden si existe un tercero confiable para prevenir el doble-gasto. Por eso, se propuso una solución a este problema mediante una red usuario-a-usuario.

En pocas palabras, se ideó un sistema de registro contable y pago sobre una red de computadores, totalmente independiente de un sistema centralizado, donde los integrantes de la red son los validadores de cada operación. Esto proporciona confianza en la registración de las operaciones y evita que se realicen dobles pagos con un mismo cripto-activo.

Este fue el puntapié inicial para el desarrollo de monedas digitales, que al momento de escribir este artículo están en boga y en las principales noticias de los medios de comunicación. En la actualidad, cuando los mercados de divisas se encuentran cerrados, las criptomonedas siguen operando y mostrando en tiempo real los movimientos y cotizaciones (en algunos casos relacionados directamente al dólar, y en otros no tanto).

La llegada de las criptomonedas ha modificado la vida laboral de los contadores, especialmente a la hora de considerarlas como una moneda o un activo. Hay tres características principales que debe cumplir un instrumento para ser considerado como dinero:

• Depósito de Valor: Debe proporcionar un alto grado de seguridad para depositar el valor de las rentas y no sufrir pérdidas significativas refiriendo a la depreciación.
• Medio de intercambio generalizado: Se refiere a un sistema o instrumento monetario ampliamente aceptado y utilizado en una economía para facilitar el intercambio de bienes y servicios.
• Unidad de cuenta: en la mayoría de las economías del mundo está representada por la moneda emitida por la autoridad bancaria del país (denominada “fiat”, por ejemplo, dólar, euro, libras esterlinas); por lo que es la medida comúnmente aceptada para expresar y cuantificar el valor económico.

Por otro lado, hay diversas maneras de medir el rendimiento o performance de un activo. En el caso de las criptomonedas, hay dos herramientas muy utilizadas para la valoración cualitativa y cuantitativa de ellos, que son el análisis fundamental y el técnico. Es oportuno destacar que estos dos tipos de evaluaciones no son propias de las criptomonedas, sino también de otros instrumentos financieros como las acciones, bonos, obligaciones negociables, futuros, swaps, etc.

El análisis fundamental considera toda la información disponible, tanto de la empresa (aplicable a acciones, obligaciones negociables y demás) como de la economía en general para obtener un valor intrínseco y anticiparse al comportamiento de su cotización.

Por su parte, el análisis técnico se basa en la identificación de patrones y tendencias para determinar la valoración del precio actual de mercado, y estimación y proyección de cotización y valores objetivos de un activo sujeto a valoración. Su resultado es meramente una opinión del analista en base a consideraciones subjetivas.

En función de las diferentes etapas en la vida de una criptomoneda, debemos, a los efectos de valuar estos activos, considerar diferentes aspectos. Las metodologías tradicionales, como el flujo de fondos descontados o la aplicación de múltiplos, son muy complejas de aplicar dadas las diferencias entre los activos financieros clásicos y los surgidos por estas nuevas tecnologías. Resultan mucho más relevantes las aplicaciones de modelos basados en inteligencia artificial.

Cuanto más transparentes, participativos y definidos sean los parámetros de la medición, mayor aceptación tendrán estas nuevas tecnologías para la valuación de activos. La discrecionalidad en la aplicación de criterios de valuación, a pesar de ser una práctica apropiada y común en el resto de los activos financieros, se vuelve una desventaja en el ambiente de la criptoeconomía.

Los avances tecnológicos, el crecimiento de la capacidad computacional de las redes, y la adopción de las prácticas colaborativas por la mayor cantidad de los stakeholders, acrecentarán en breve esta postura distinta de mensurar estos activos.

El futuro de las criptomonedas en el sistema financiero global promete ser transformador. Con el perfeccionamiento de tecnologías como la blockchain, la adopción de activos digitales se volverá más amplia y diversificada. Este cambio no solo desafía las normas tradicionales, sino que también abre nuevas oportunidades para la inclusión financiera y la innovación económica.

En este cruce de caminos, los profesionales del ámbito financiero y los entusiastas de la disciplina tienen la oportunidad única de moldear y participar en la redefinición de la economía global, aprovechando las posibilidades que ofrecen estas herramientas digitales.

Docente de la carrera de Contador Público e investigador en Contabilidad de UADE.