Europa entre dos guerras | La opinión de Mariano Gistaín

Dos guerras deshacen Europa: Rusia en Ucrania; Israel contra el mundo (Irán, Hamás en Palestina, Hutíes en Yemen y Hezbolá en Líbano). Antes fueron las primaveras árabes, luego Libia, Siria… refugiados. La guerra de Bosnia está ahí cerca (1992-95), y Estados Unidos la terminó a bombazos. Pero a estos dos conflictos que asedian Europa no se les puede poner fin a bombazos… porque serían los últimos.

Rusia amenaza con misiles nucleares cada semana. Ya se anexionó en 2014 Crimea y varios trozos más de Ucrania, y no pasó nada. Estas dos guerras cercan a Europa. Que espera a ver qué pasa.

China fabrica todo y vende casi todo y compra medio mundo. Ahora el pánico es por los coches, buenos, baratos y hasta con marcas que fueron europeas como Volvo o MG. Y la industria europea de coches se viene abajo. No hay enchufes suficientes ni subvenciones ágiles, sólo caos y burocracia. Y estos días China eriza el cielo de misiles desde Mongolia. Taiwán, meca del microchip, es un grano en el lomo del rinoceronte chino. O en el cuerno. China ya recuperó la colonia británica de Hong Kong, que ha desaparecido de las noticias.

La burocracia europea persigue sin saberlo el zen absoluto, paralizar la vida económica. Narcotizar el continente. La burocracia, como todos los sectores dominantes, se engorda a sí misma. Europa ha creado el monopolio de la burocracia. Regula tanto que requiere nuevos entes que expliquen y clasifiquen esa sobredosis de normas. España en este vicio también va a tope. Con la ayuda de las CCAA’s produce más leyes que objetos o servicios. Las normas son ya el Estado kafkiano ideal, y parece que va a más. Sin embargo en Europa no supimos hacer unas mascarillas. Boris Johnson, entre fiesta y fiesta, consideró invadir Países Bajos para conseguirlas.

Acaso Europa empezó a tambalearse en 2008, cuando la crisis mundial de las hipotecas basura (subprime) paquetizadas y revendidas mil veces con la seguridad de que siempre se podrían engordar los precios y revender una vez más. Ahí reventó Europa, cuando el norte se volcó a cobrar deudas a los PIGS y se decretó la austeridad. España cambió la santísima e intocable Constitución en 2012 para dar prioridad al pago de la deuda. El golpe posmoderno (Daniel Gascón) del 17 en Cataluña tuvo que ver más (Artur Mas) con esa devastación económica que con la retórica que lo cubrió. En 2016 el Reino Unido celebró un referéndum y abandonó la Unión Europea. Ni siquiera entonces supo reaccionar el continente. Reaccionar hubiera sido unirse más. Pieza a pieza, banco a banco, seguros, parlamentos. Ponerse manos al microchip. Federarse, hacer algo.

La idea es que han de ponerse muy mal las cosas para que la Unión reaccione y avance. La vez anterior, la de su creación, lo tremendo fue la 2ª Guerra Mundial, y una década antes, la 1ª. La pugna Alemania Francia. Alemania vs Mundo. Si hemos de esperar a que ocurra algo tan tremendo para consolidar la Unión Europea estamos listos. Porque ya está pasando y no lo queremos reconocer. Ahora Alemania se deshace, le llega la ola de ultraderecha y todo tiembla. Austria ha caído. Italia ya está en el saco, todo normalizado y civilizado. Hungría.

Si Putin gana Ucrania Europa se deshace del todo. Se divide y revienta. Y cada día que pasa Putin gana tiempo y fuerza. El otro frente, Israel contra su entorno, es horrible. El aliado, el bueno, Israel, el que nos defiende del yihadismo, está perpetrando masacres en serie con el respaldo de Estados Unidos, que abandonó Irak y Afganistán hace tres años dejándolos peor de lo que estaban. Los países árabes no dicen nada. Israel iba a pactar con Arabia Saudí, ya estaba a punto cuando estalló Hamás atacó y la mejor inteligencia del mundo no se enteró. Israel les hace a los países árabes el trabajo de eliminar yihadistas. Los países árabes del Golfo ya están en el orbe occidental, solo quieren comprarlo, o ya lo han alquilado casi todo. Sus logos son globales y los deportistas como Cristiano (¡qué ironía!) y su esposa Georgina les hacen los anuncios. Para qué quieren democracia y qué es eso de democracia si no puedes vender lo que fabricas.

Europa debería hacer algo, algo más que los consejos de Draghi, que se ha pasado del neoliberalismo a la socialdemocracia, pero Alemania no está para soltar dinero o endeudarse por todos. Y la mayor parte del dinero de los planes postpandemia aun está flotando por los ordenadores. El cambio de la respuesta europea de la crisis de 2008 a la del 2020 ha sido notable. De austeridad a endeudarse y abrir el grifo. Pero tampoco ha llegado a sus destinos. Quizá es la falta de costumbre. Y esperando a Trump bis.

Dos guerras cercanas cortan Europa… y con este epílogo o epitafio se acaba el imperio de Occidente, que quizá se acabó ya en 2008. Algo habrá que hacer.