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Fabio Quetglas: «Bajar gastos sin miramientos es irresponsable»

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Durante su discurso en el tratamiento del veto a los aumentos de las partidas universitarias, el diputado hizo hincapié en la famosa frase del Gobierno: “no la ven”, y advirtió que el oficialismo sí la ve, pero no sabe distinguir por lo que está tomando medidas pensando en el corto plazo. En comunicación con Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1), Fabio Quetglas defendió la educación universitaria, remarcó la necesidad de realizar una profunda reflexión respecto a su estado actual y sostuvo que, a pesar de requerir mejoras, sigue formando al 90% de los profesionales, lo que deja en evidencia su relevancia y calidad. Insistió en que reducir el presupuesto será perjudicial y que este tipo de decisiones deben hacerse con visión y responsabilidad. “Si queremos mejorar la educación superior argentina tiene que ser desde un lugar de reconocimiento”, manifestó.

Fabio Quetglas es diputado nacional de la Unión Cívica Radical por la provincia de Buenos Aires, dos veces electo en 2017 y 2021. Además, es director de la maestría de Ciudades de la Universidad de Buenos Aires. 

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Ahora nos convoca otro tema: el universitario. La producción me dice que, y no hace falta que lo confirmes o lo desmientas, eras el candidato a ministro de Educación si ganaba Patricia Bullrich la presidencia. Me gustaría un balance tuyo de lo que sucedió en el recinto y tu visión sobre cómo está la situación universitaria en su conjunto. 

Aunque parezca mentira, los dos temas están un poco asociados. Hoy estamos en un fenómeno de globalización del conocimiento, de competencia de las universidades a nivel global, de nuevas fórmulas de educación y de circulación de la información. Todo eso, obviamente, produce un estrés sobre cómo un sistema de educación superior en Argentina quiere que me alinee con la idea de que es altamente perfectible, tiene algún desgaste de materiales. 

Hay que tener alguna reflexión sobre calidad de la oferta, distribución territorial de la misma, adecuación de las carreras, incorporación de tecnologías. No soy de los que creen que los problemas se arreglan barriendo bajo la alfombra, y en un país como Argentina que lleva tantas décadas erosionando un montón de subsistemas públicos, la educación superior no está exenta de eso. 

De todas maneras, yo hice hincapié en el recinto sobre que la educación pública es el sistema que forma al 90% de los médicos, de los arquitectos y de los ingenieros a los que les confiamos la salud de nuestros hijos y padres, la construcción de nuestras casas y nuestras empresas. Pero decir que todas esas personas que nos asisten con un grado de confiabilidad muy alto se forman en un antro político, sólo en tiempos de post verdad alguien puede animarse a una aseveración tan severa.

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Ahora, por supuesto alguien me podría preguntar si estamos empeorando o mejorando, o si en torno del desafío que el futuro nos propone estamos en la celda adecuada o no. ¿Disminuir la partida presupuestaria nos va a ayudar a mejorar o no? ¿O estamos tirando el agua sucia con el niño adentro, como dice el refrán italiano? Efectivamente, toda la educación y la educación superior en Argentina merecen una reflexión estricta si la política entiende que su legado es proyectar un futuro. Entonces, me parece que ahí eso no era discusión en el recinto, sino una garantía mínima de que nuestros docentes universitarios no pierdan contra la inflación en 2024. 

El Gobierno tiene un argumento muy sólido contra eso, que es la idea de que se está produciendo un ajuste macroeconómico a nivel general y establecer una excepción sería, de alguna manera, un privilegio en un contexto donde toda la sociedad lleva sobre sus espaldas el peso de un ajuste macroeconómico tan intenso. 

Mirándolo desde la vereda de enfrente creo que, así como subir gastos sin miramientos es irresponsable, bajarlo sin miramientos también, por eso yo apelé a la idea de “la ven, no la ven”, esta condición visionaria, porque yo decía que ver es para distinguir, y si uno no puede distinguir para qué quiere ver me parece que hay un aspecto en este sentido. 

Argentina invierte 0,5% de su PBI en educación superior, incluyendo el Hospital de Clínicas, el Observatorio Astronómico de Córdoba, el Centro de Estudios Marinos de Puerto Madryn, las más de 60 universidades nacionales, todo eso y más es el 0,5% del PBI. Hoy, me da pudor decir esto, pero tengo la sensación de que el acceso no arancelado a la educación superior, con todos sus idas y vueltas, con todas las críticas que correspondan hacer, es como una tabla de náufragos para los sectores más humildes de la Argentina en la idea de que si sus brazadas se lo permiten pueden llegar a poner ahí, en esa tabla, que quizás su promesa no sea tan consistente como en otras épocas, a sus hijos para que adquieran esa condición de profesional y puedan tener una movilidad social ascendente

Argentina tiene muchas cosas que pensar vinculadas a la educación superior, vinculados al acceso, a los contenidos, a las preferencias en relación a las carreras, las ofertas y el futuro. Ahora, tiene que ser un debate de buena fe, no es una discusión en la que alguien se pare de pura imputación en el sentido de que se atribuya una autoridad que nadie le ha dado en relación a un fenómeno que es de mucha complejidad, con 2 millones de alumnos desde Ushuaia hasta la Quiaca. Me parece que si queremos mejorar la educación superior argentina tiene que ser desde un lugar de reconocimiento, de que en este proceso que vivió la Argentina, la educación superior está muy por encima, por ejemplo, del parlamento que integramos, que funciona peor que la educación superior. 

MVB VFT




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