¿Puede escalar la guerra en Oriente Medio a una Tercera Guerra Mundial?

El profesor de la Complutense se muestra convencido de que en este conflicto entre Irán e Israel no se van a implicar muchos más actores y cree que no va a salir de Oriente Medio. Como mucho, además de a Palestina, Líbano, Yemen e Irán, podría llegar también a Irak, señala. Y explica, «haciendo un análisis elemental», que los grandes conflictos internacionales hasta la fecha han estado marcados por ejes de alianzas y bloques muy definidos. «Eso en la actualidad no lo tenemos. No existen unos bloques o unas alianzas tan definidas, que se sepa quién forma parte de qué bando. En este sentido, China y Rusia se están totalmente desatendiendo del problema de Oriente Medio. Rusia porque tiene sus propios problemas y China porque no quiere verse involucrado en un conflicto militar», argumenta.

«China y Rusia se están totalmente desatendiendo del problema de Oriente Medio. Rusia porque tiene sus propios problemas y China porque no quiere verse involucrado en un conflicto militar»

La profesora de la Europea, Rodríguez, indica que ahora lo que conviene es mirar hacia Israel para ver cuál es su reacción al ataque iraní con misiles al centro del país, el más grave desde que explotase la guerra en la zona hace un año, tras el atentado de Hamás. Sin quitar después ojo a Irán, para comprobar si decide responder con o sin contención.

En referencia a la geopolítica, Rodríguez apunta a que Rusia podría sentirse interpelado en Oriente Medio y sería el siguiente eslabón en la cadena. «Pero la pregunta del millón es qué capacidad de implicación tendría, toda vez que no estaría interesada en abandonar el frente que tiene abierto con Ucrania. Y sabiendo que sería enfrentarse directamente también, y todavía más, con los países occidentales: EEUU, UE…».

La estrategia israelí

La estrategia de Israel, según el profesor Hernández, es clara: «Israel está decidido a dar un golpe sobre el tablero de Oriente Medio para volver a recuperar de alguna forma la credibilidad como potencia que se vio erosionada el 7 de octubre. Netanyahu se había vendido como el hombre fuerte, el hombre que iba a traer la seguridad y la paz a Israel y el 7 de octubre eso se fue al traste. Y por eso esta respuesta tan brutal de destruir prácticamente la Franja de Gaza, invadir el sur del Líbano para intentar acabar con Hezbolá y e intentar marginar internacionalmente a Irán«.

Respecto a Irán, ambos expertos en relaciones internacionales coinciden en señalar su difícil situación interna y un aislamiento internacional. 

«A nivel retórico, como le sucede a Hezbolá, Irán es tremendamente fuerte. Pero si se rasca un poco en la superficie, ya no es la unidad monolítica que cabría pensar», señala la profesora Hernández. «Tiene cantidad de problemas, desde conflictos por los derechos de las mujeres, revueltas estudiantiles, hasta una sequía brutal». Coincide con ella su colega de la Complutense: «Irán está en una situación muy delicada internamente con casi dos años de protestas que ya no son tan masivas, pero que han marcado el malestar creciente que existe en gran parte de la población iraní». 

Sobre la pérdida de peso regional de Irán, Hernández señala que carece de los apoyos necesarios entre los países árabes, o al menos no han salido decididamente a apoyarle frente a Israel, y que el régimen de los Ayatolás se ha dado cuenta de que está bastante solo, «más ahora con Hamás y Hezbolá totalmente debilitados».

«A nivel retórico Irán es tremendamente fuerte. Pero si se rasca un poco en la superficie ya no es la unidad monolítica que cabría pensar»

Sin embargo, la profesora de la Universidad Europea recuerda que el régimen de Irán se siente «agraviado» y «herido en su orgullo» por el reciente asesinato de Ismail Haniya, líder político de Hamás. Les duele  que lo mataran en la capital, Teherán, cuando asistía de invitado de honor al nombramiento de su nuevo presidente de Gobierno e infiltrándose en los servicios de seguridad e inteligencia iraníes. «No sabemos si el ataque de 226 misiles de esta semana es un 2×1, por Hezbolá y por Haniya, o si todavía se la tienen guardada, pero ese es un punto a considerar de cara a una posible escalada», avisa.

El papel de EEUU

El papel de EEUU en esta situación parece menos relevante de lo que se podría presuponer. Lo explica el profesor Hernández. Estados Unidos está perdiendo mucha capacidad de influencia. «En el pasado había actuado como mediador en la zona. Pero la Administración Biden es incapaz de controlar lo que hace el gobierno de Netanyahu. Y al final, Estados Unidos se está viendo arrastrado, a su pesar, más ahora en el sprint electoral, al conflicto. Pero, claro, hace balanza y decide no perder a su gran aliado en Oriente Medio, Israel, y le apoya en lo que haga falta».

Consciente también de la limitada capacidad de influencia de EEUU sobre el país que gobierna Netanyahu, la profesora de la Universidad Europea cree que no le queda otra que intentar «contener a Israel para que la respuesta a Irán sea lo más ajustada y proporcionada posible. Sobre la magnitud de la respuesta, la apuesta de la profesora, en base a las decisiones israelíes de últimos meses, dice es que se ceñirá a ataques a infraestructuras estratégicas: «Plantas petroquímicas, bases militares, plantas nucleares, a lo mejor una infraestructura gubernamental, algo que no implique necesariamente afectar a civiles».

En este sentido, Hernández cree también esencial la capacidad que tenga Estados Unidos de modular los ataques de Israel. 

Sin embargo, el profesor opina que «esta crisis todavía no ha llegado a su punto álgido. Falta por ver cómo se desarrolla la invasión de Israel sobre el sur del Líbano. Queda por ver qué resistencia presenta Hezbolá y, sobre todo, hasta qué punto está dispuesto a llegar Israel. Y luego también habrá que ver qué respuesta da Israel a Irán (por los misiles). Y esa respuesta va a traer, desgraciadamente, otra. Creo que cada vez va a haber más nuevos focos, pero siempre dentro de Oriente Medio».

«Esta crisis todavía no ha llegado a su punto álgido. Falta por ver cómo se desarrolla la invasión de Israel sobre el sur del Líbano»

Por último, cabría preguntarse si China, la otra superpotencia mundial, estaría interesada en participar más activamente en la crisis de Oriente Medio. Aliado teórico de Rusia e Irán, sin embargo, la profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea resalta que no existe un patrón de conducta militar conocido de China. «A día de hoy, no se ha interesado en los conflictos desde el punto de vista militar. Esto no significa que no pueda cambiar, pero en estos momentos en apuesta por ganar la guerra económica. Lo llaman «guerra no restringida», que implica diplomacia e ir conquistando gobiernos desarrollando infraestructuras y sin disparar una bala».

¿Y qué pasa en el frente de Ucrania?

Antes del 7 de octubre, los cantos de sirena sobre una guerra global se ceñían a la invasión rusa de Ucrania, conflicto de la que se han cumplido ya dos años. El profesor David Hernández pide dejar claro que ambos conflictos, el ruso ucraniano y el de Oriente Medio tienen contextos y desarrollos diferentes y no tiene sentido conectarlos. 

La profesora Beatriz Rodríguez destaca que el frente ucraniano está en «muy estancado». En parte por la situación en Oriente Medio. Creo que según están las cosas, Occidente no va a autorizar a Ucrania a usar armamento de largo alcance en territorio ruso, en debate actualmente. «Eso implicaría desestabilizar la zona y lo que conviene es que, aunque la guerra de Ucrania siga abierta, esté lo más controlada posible. Si no ya tendríamos dos problemas graves en lugar de uno».