Así son Schengjin y Gjader, los dos centros en en Albania que ‘externalizarán’ los migrantes que lleguen a Italia

Este miércoles, el primer buque militar fletado por Italia para trasladar a Albania a solicitantes de asilo llegó a su destino. Eran 16 personas (diez egipcios y seis bangladeshíes) rescatadas el pasado domingo en aguas del mar Mediterráneo. 

El acuerdo contempla que los migrantes esperen en suelo albanés a que se resuelva si tienen o no derecho a entrar en territorio de Italia y, por extensión, a la Unión Europea. Dice la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que se trata de una solución «nueva» y «valiente». Ha gastado en estos centros de detención 800 millones de euros y el pasaje de cada migrante sale por unos 18.000 euros.

Médicos, policías, intérpretes y mediadores

Armando Babani

La llegada de ‘Libra’, el primer barco con migrantes para los centros de recepción/detención de Albania, estuvo acompañada de protestas de un grupo de activistas de derechos humanos. «Aquí termina el sueño europeo», coreaban. Según estas organizaciones, «este acuerdo viola los derechos humanos y la democracia».

Aquí termina el sueño europeo… Este acuerdo viola los derechos humanos y la democracia»

¿A dónde han llegado esos 16 inmigrantes? ¿Cómo son esos centros de detención (concentración) levantados a toda prisa en Albania con dinero italiano?

Shengjin y Gjader se ubican en la provincia de Lezhë, a unos 50 kilómetros de Tirana. Este miércoles, al arribar al puerto de Schengjin, los migrantes fueron recibidos por médicos, policías, intérpretes y mediadores culturales. A bordo del buque ya se había tomado una primera información, en presencia de personal de ACNUR (la Agencia de la ONU para los refugiados) y de la OIM (Organización Internacional para las Migraciones).

Centro de acogida, detención y penitenciario

Albert Estapé Vilà | AP

Ya en tierra, los detenidos fueron trasladados en autobús a Gjader, a unos 20 kilómetros del puerto, en el noroeste de Albania. Es una pequeña ciudad del condado de Lezhë. Allí se ha levantado uno de los dos centros de acogida para solicitantes de asilo, éste con 400 plazas útiles, que serán 880 cuando esté finalizado. De esas plazas, 144 son del centro de detención para retornados y otras 20 del centro penitenciario.

Los centros creados son un conjunto de edificaciones prefabricadas que se han construido en menos de un año. De entrada, todo lo rodea un muro de cinco metros de altura. Dentro, módulos prefabricados de 3 metros de ancho por 4 de largo, unidos a veces y en ocasiones de dos alturas. Así se ha levantado toda la instalación.

La diferencia de entre todas estancias visibles la marcan los barrotes que tienen las celdas pensadas para encerrar a los migrantes. Cámaras de seguridad vigilan los movimientos de todos los residentes.

Sólo hombres, adultos y de buena salud

Albert Estapé Vilà | AP

El protocolo establece que sólo los hombres, adultos y en buen estado de salud, pueden ser trasladados a estos centros de detención. Allí pueden presentar su solicitud de asilo. Si cumplen las condiciones, podrán presentar una solicitud de asilo en la Unión Europea.

En caso contrario, pasan a una de las celdas. En su interior hay literas para cuatro personas, un pequeño armario, una mesa y cuatro sillas. Los detenidos, vestidos con uniformes de color negro, pasan a estar estrechamente vigilados por la policía italiana.

Cómo se gestionarán las devoluciones

• El Gobierno de Melini quiere con este polémico procedimiento acelerar la expulsión de los migrantes. Pero no será fácil. Sigue habiendo incertidumbre sobre cómo se gestionarán las devoluciones en caso de denegación de asilo. En ello tiene mucho que ver la reciente sentencia de la Justicia italiana, que ha establecido parámetros más estrictos a la hora de definir qué es un país «seguro». Según Il Messaggero, esto explica el reducido número con el que ha comenzado el experimento de Albania.

Los primeros 16 se quedan en 12

En teoría, su estancia en esas celdas no podrá superar los 28 días. En ese plazo de tiempo, las autoridades italianas deben decidir si los expulsan o no. Esos 28 días suponen un cambio significativo respecto a la media actual de más de un año.

Según el acuerdo entre Albania e Italia, será la Jefatura de Policía de Roma la que emita los decretos de detención administrativa de los migrantes, que luego deberán ser validados por el Tribunal Civil de Roma, competente en materia de inmigración. Para empezar, dos de los 16 migrantes del primer ensayo son menores y han regresado a Italia, y otros dos también lo han hecho por presentar vulnerabilidad extrema.