más de 44.000 muertos, 3 millones de desplazados y miles de desaparecidos

Por otro lado, la ONU calcula que al menos 1,3 millones de gazatíes necesitan «kits de aislamiento» para la creación de tiendas de campaña o refugios antes de la llegada del invierno, lo que equivale a la entrada de 25 camiones por semana hacia el sur de Gaza antes de finales de noviembre.

«Con la ayuda que Israel permite actualmente ingresar en Gaza, las agencias humanitarias tardarían más de dos años en entregar los kits necesarios al sur de Wadi Gaza para el próximo invierno», denunció hace unos días el Consejo Noruego para los Refugiados.

La invasión del Líbano

El último episodio de inestabilidad en Oriente Medio tiene su germen en las explosiones simultáneas hace dos semanas de buscas y walkie-talkies de miembros de Hezbolá, atribuidas al Mossad, el servicio de inteligencia de Israel. Las detonaciones de los miles de dispositivos dejaron 37 muertos y cerca de 3.000 heridos, según el Ministerio de Salud libanés.

A partir de ese momento, concretamente el pasado lunes 23 de septiembre, Israel inició una campaña masiva de bombardeos contra el Líbano justificando la destrucción de zonas controladas por la milicia chií. Y durante la madrugada de este martes, el Ejército hebreo decidió emprender una incursión terrestre por el sur del país, donde ha perdido al menos a ocho soldados. Esto provocó tanto la respuesta de Hezbolá como de Irán, que hora después lanzó misiles sobre Tel Aviv y diversos puntos de Israel. Una respuesta de Israel contra el país persa es lo que más preocupa a la comunidad internacional en estos momentos.

Desde entonces, casi 2.000 personas han muerto —entre ellos varios miembros de la cúpula de Hezbolá, como su líder, Hasán Nasralá— y 1.800 han resultado heridas en el Líbano. Si nos remontamos al 8 de octubre de 2023, los fallecidos ascienden a más de 2.600. Asimismo, el Gobierno libanés cifra en 1,2 millones los desplazados desde que el Ejército israelí iniciara la oleada de bombardeos.

Las cifras en otros frentes

En otros frentes, aunque de manera menos constante, también se están produciendo ataques israelíes. En Siria, este martes, un bombardeo del Ejército hebreo en la capital, Damasco, dejó al menos cuatro muertos, entre ellos un guardia revolucionario iraní y una periodista, así como siete heridos. Asimismo, a principios de septiembre otra acometida israelí en la provincia de Hama dejó al menos 15 muertos y 43 heridos, incluidos varios civiles, en lo que Irán tildó de ataque «criminal». 

Precisamente por una acometida hebrea en Siria el 1 de abril tuvo lugar el primer intercambio de ataques entre Israel e Irán. El Ejército israelí bombardeó el consulado iraní de Damasco, matando a 16 personas, incluido un alto comandante de la Guardia Revolucionaria y otros siete oficiales.

El 13 de abril, Irán llevó a cabo un ataque de represalia contra Israel con el lanzamiento de cientos de misiles y drones, 78 apuntando principalmente a las bases desde las que se lanzó el ataque al consulado. No obstante, no se produjeron víctimas mortales.

Por su parte, los hutíes de Yemen han disparado más de 220 misiles balísticos, misiles de crucero y drones contra Israel en los últimos 11 meses. Las acometidas hutíes han tenido lugar de manera intermitente, aunque son más asiduas desde que el Ejército hebreo invadió el Líbano esta semana. 

De hecho, llevaban semanas sin atacar a Israel hasta que el pasado 27 de septiembre el Ejército hebreo interceptó un proyectil con destino al centro del país. Este episodio provocó la respuesta del Gobierno de Netanyahu, cuyos aviones bombardearon dos ciudades portuarias de Yemen, concretamente plantas de energía y un puerto marítimo. Al menos cuatro personas murieron y 49 resultaron heridas.