Opinión corporalidades, discursos, violencia simbólica y ámbito laboral 7 minuto leer Comentarios desactivados en corporalidades, discursos, violencia simbólica y ámbito laboral 0 Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en Google+ Compartir en Reddit Compartir en Pinterest Compartir en Linkedin Compartir en Tumblr [ad_1] Los mensajes compuestos por estereotipos y sesgos que reproducen ciertos mandatos se encuentran en todos los espacios de la vida. En este mundo desigualdad, ¿qué rol tienen los medios de comunicación? Pixabay Para muchas personas, el verano implica un montón de cosas positivas: sol, calor, vacaciones, playa, mar, noches para salir, entre otros. Pero, ¿en todos los casos es así? Lamentablemente no; es más, muchas de ellas no lo viven, sino que lo sufren. Desde Grow- género y trabajo analizamos el impacto que tiene el mandato social existente sobre las corporalidades. El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores. suscribirse ya estoy suscripto En esta época recurrimos a nuestras musculosas, pantalones frescos y demás para sufrir menos el calor. La simple acción de vestirnos así parece una obviedad, pero no sucede en todas las personas ya que, en nuestra sociedad, la preferencia de ciertas corporalidades frente a otras, instala un parámetro que define y juzga: algunos cuerpos pueden usar la ropa que quieran, mientras que otros no, porque al hacerlo, sufren prejuicios, comentarios y chistes. Informate más verano.jpg Pixabay No son solo “comentarios”, es violencia simbólica “No podés ponerte ese vestido para ir a trabajar”, “esa blusa es demasiado, mucho escote me parece”, “si fuera ella, no usaría ese short.” Éstas frases seguramente nos resuenan, alguna vez las hemos escuchado, pensado y hasta reproducido, sin darnos cuenta de que, en realidad, estamos naturalizando un problema que opera de manera “invisible” en nuestros discursos. De eso se trata lo que conocemos como violencia simbólica: discursos compuestos por estereotipos y sesgos que reproducen ciertos mandatos y, por lo tanto, habilitan las desigualdades y los prejuicios a determinados grupos. Podemos encontrarlos en todos los ámbitos de la vida: familiar, escolar, laboral, mediático, entre otros; y están incorporados desde temprana edad, lo que dificulta nuestra percepción sobre ellos. Vale mencionar que este tipo de violencia es ejercida en mayor medida sobre mujeres y personas del colectivo LGBTIQ+. Desde Grow- género y trabajo, en el marco de la campaña realizada en 2022 sobre violencia simbólica, realizamos una encuesta que arrojó resultados elocuentes: en los ámbitos laborales, mientras el 50% de las mujeres recibió comentarios sobre su apariencia física, lo mismo le pasó al 67% de personas de identidades no cis normativas, y solo un 28% de varones. Desigualdad.jpg El rol de los medios Para intentar analizar estos datos, creemos que una cuestión importante es el rol de los medios de comunicación, especialmente en el verano (aunque están presentes todo el año). Por ejemplo, las publicidades son uno de los recursos más influyentes en este sentido; en ellas se validan determinadas corporalidades, elegidas como “modelos”; mientras que aquellas que escapan a la hegemonía serán susceptibles de críticas. Mensajes así están destinados mayormente a las mujeres: pasarla bien, estar cómodas y felices pasa en gran parte por tener un cuerpo determinado; si no, estás fuera, no podés disfrutar. Desde Grow- género y trabajo consideramos fundamental reflexionar sobre estos discursos naturalizados; por eso, acompañamos a empresas de medios y agencias publicitarias en estos procesos. Les proponemos prestar especial atención a estos mensajes para detectar estereotipos instalados y problematizar aquellos discursos que promueven la desigualdad. verano sol.jpg Pixabay De esta manera, podemos empezar a pensar no solo en las situaciones específicas del verano, por ejemplo, sino también en aquellas que suceden todo el tiempo, en todos los ámbitos en los que nos movemos. Creemos que una de nuestras tareas más importantes es promover y ayudar a pensar en espacios libres de violencia; contando con la participación y la colaboración de todas las personas que forman parte. El trabajo en equipo y la empatía nos permiten disfrutar del verano, y de todos los buenos momentos. [ad_2] Link de la Fuente
Para muchas personas, el verano implica un montón de cosas positivas: sol, calor, vacaciones, playa, mar, noches para salir, entre otros. Pero, ¿en todos los casos es así? Lamentablemente no; es más, muchas de ellas no lo viven, sino que lo sufren. Desde Grow- género y trabajo analizamos el impacto que tiene el mandato social existente sobre las corporalidades.
En esta época recurrimos a nuestras musculosas, pantalones frescos y demás para sufrir menos el calor. La simple acción de vestirnos así parece una obviedad, pero no sucede en todas las personas ya que, en nuestra sociedad, la preferencia de ciertas corporalidades frente a otras, instala un parámetro que define y juzga: algunos cuerpos pueden usar la ropa que quieran, mientras que otros no, porque al hacerlo, sufren prejuicios, comentarios y chistes.
verano.jpg Pixabay No son solo “comentarios”, es violencia simbólica “No podés ponerte ese vestido para ir a trabajar”, “esa blusa es demasiado, mucho escote me parece”, “si fuera ella, no usaría ese short.” Éstas frases seguramente nos resuenan, alguna vez las hemos escuchado, pensado y hasta reproducido, sin darnos cuenta de que, en realidad, estamos naturalizando un problema que opera de manera “invisible” en nuestros discursos.
De eso se trata lo que conocemos como violencia simbólica: discursos compuestos por estereotipos y sesgos que reproducen ciertos mandatos y, por lo tanto, habilitan las desigualdades y los prejuicios a determinados grupos. Podemos encontrarlos en todos los ámbitos de la vida: familiar, escolar, laboral, mediático, entre otros; y están incorporados desde temprana edad, lo que dificulta nuestra percepción sobre ellos.
Vale mencionar que este tipo de violencia es ejercida en mayor medida sobre mujeres y personas del colectivo LGBTIQ+. Desde Grow- género y trabajo, en el marco de la campaña realizada en 2022 sobre violencia simbólica, realizamos una encuesta que arrojó resultados elocuentes: en los ámbitos laborales, mientras el 50% de las mujeres recibió comentarios sobre su apariencia física, lo mismo le pasó al 67% de personas de identidades no cis normativas, y solo un 28% de varones. Desigualdad.jpg El rol de los medios Para intentar analizar estos datos, creemos que una cuestión importante es el rol de los medios de comunicación, especialmente en el verano (aunque están presentes todo el año). Por ejemplo, las publicidades son uno de los recursos más influyentes en este sentido; en ellas se validan determinadas corporalidades, elegidas como “modelos”; mientras que aquellas que escapan a la hegemonía serán susceptibles de críticas. Mensajes así están destinados mayormente a las mujeres: pasarla bien, estar cómodas y felices pasa en gran parte por tener un cuerpo determinado; si no, estás fuera, no podés disfrutar. Desde Grow- género y trabajo consideramos fundamental reflexionar sobre estos discursos naturalizados; por eso, acompañamos a empresas de medios y agencias publicitarias en estos procesos. Les proponemos prestar especial atención a estos mensajes para detectar estereotipos instalados y problematizar aquellos discursos que promueven la desigualdad. verano sol.jpg Pixabay De esta manera, podemos empezar a pensar no solo en las situaciones específicas del verano, por ejemplo, sino también en aquellas que suceden todo el tiempo, en todos los ámbitos en los que nos movemos. Creemos que una de nuestras tareas más importantes es promover y ayudar a pensar en espacios libres de violencia; contando con la participación y la colaboración de todas las personas que forman parte. El trabajo en equipo y la empatía nos permiten disfrutar del verano, y de todos los buenos momentos.