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Emilio Monzó: «Necesitamos un Presidente que muestre aspiración hacia la construcción y no la destrucción»

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Presidió la Cámara de Diputados entre 2015 y 2019. Representa al peronismo disidente y antikirchnerista, pero se inició como militante de la UCeDé y, luego, se afilió al Partido Justicialista durante el menemismo. El diputado nacional por la provincia de Buenos Aires reflexiona sobre los primeros cien días del gobierno de Javier Milei, el tratamiento de la ley Bases y la aprobación del DNU. Su bloque tiene la llave para ello y expresa la voluntad de ayudar al Ejecutivo para fortalecer la gobernabilidad. A su criterio, el Presidente rompió la polarización de los últimos veinte años, terminó con Cristina Kirchner y Mauricio Macri y abre la posibilidad de un nuevo esquema político en la Argentina. El rol del PRO y la desaparición de Juntos por el Cambio.

Revisando tus declaraciones del último año, aparece repetidamente la palabra “dictador” para Milei: “no se debe comportar como un dictador”, “detrás de Milei hay un dictador escondido”, con tres meses transcurridos de gobierno, ¿creés que tienen fundamentos esos calificativos tuyos? 
Sí. Tienen fundamentos en cuanto a la persona, para tener dudas y en cuanto al contexto, pero las dos cosas van de la mano. Siempre hay una personalidad que influye. 

Y condiciones de posibilidad que lo hacen posible. 
Creo que el fenómeno de Milei tiene su génesis en ser un medio, y no un fin, en sí mismo. Él fue un medio para perjudicar en un momento a Juntos para el Cambio, aprovechado muy bien en ese momento por el Frente de Todos, en cuanto a la promoción de su imagen, una imagen muy disruptiva, muy segura de sí mismo. Creo que esa seguridad está dada, porque ignora lo que ignora, pero en un mar de incertidumbres esa personalidad arremetió en el escenario político. Es un fenómeno que también ocurre a nivel mundial. Después, podemos hablar del fenómeno de las redes sociales, pero la génesis fue ésa. El objetivo se logró, porque sí perjudicó a Juntos por el Cambio, además de los inconvenientes que tenía internamente. Una vez logrado el objetivo, Milei comenzó a ser una figura con el mismo sentido, pero a la inversa, ahora de Juntos por el Cambio, o de Mauricio Macri, para que no gane Sergio Massa. Entonces, siempre tuvo como objetivo la destrucción del otro. Y, ahora, en lugar de ser un medio, pasó a ser un fin, y en lugar de ser un medio para destruir, es un fin para construir. Ahí tiene que cambiar mucho el esquema político y tiene que cambiar mucho, también, su persona para la construcción. Y ahí es donde pongo mis dudas y donde el bloque de Hacemos (Coalición Federal), o una cantidad de dirigentes políticos, pretendemos ser un guardarraíl para los excesos de esa figura política que llega en este contexto. Siempre hay que dudar sobre el ser humano, por eso existe la República. Madison (James) era el que decía, que eran las pasiones que invadían al ser humano cuando gobernaba, por eso se fundó y se armó la república y la democracia. Es contener el monstruo que todos tenemos adentro. En Haidt, “El Elefante y El Jinete, la pasión y la razón”. Bueno, yo creo que eso hoy es lo que está en riesgo. Esa personalidad, ese arrebato emocional permanente, me hace pensar que tengo riesgo de que ocurra eso que puedo imaginar. Para eso, qué tenemos que hacer: reforzar las instituciones. Para qué estamos este grupo de diputados hoy en este bloque, justamente para contener esos arrebatos. Sí, tengo dudas, yo creo que necesitamos un Presidente que muestre mayor temple, mayor reflexión y una aspiración mayor hacia la construcción y no la destrucción. Entonces siempre es bueno estar en esta sospecha, en este caso con algunas características, estoy con cierto alerta. 

Decías que todos tenemos un monstruo dentro, ¿puede ser que algunos lo tengamos en mayor proporción que otros?
O más controlado que otros. Depende, vos sabés mejor que cualquiera, de la disputa entre la razón y la emoción. Es siempre lo que nosotros, como seres humanos, estamos invadidos a reaccionar. Hoy, ya la neurociencia se inclina más que la razón, justifica la emoción, pero en este caso, sí está a flor de piel. Entonces, cómo no voy a estar pensando en controlar si en general, hago esta descripción, en particular, él tiene características, que a mí me genera este tipo de reacción en la descripción del Presidente de la Nación. 

A ver, un argumento para la certidumbre es, no sabe que no sabe, lo que ignora; otro argumento es que todavía, las encuestas indican que tiene un nivel de aprobación muy grande que la mayoría de los analistas de opinión pública justifican más en el rechazo al orden anterior, era tan grande el hartazgo a lo que había que finalmente, más que lo que Milei provoca, ¿puede ser que parte de esa certidumbre tenga que ver también porque siente que la sociedad lo acompaña?
Sí, ahí ya estamos hablando del lado de otra instancia y del contexto. En la primera parte de la persona y ahora del contexto. Obviamente, casi que la política ha perdido hasta la demagogia, porque antes el candidato el riesgo que teníamos en campaña era la demagogia. Hoy ni siquiera es la demagogia sino que es el reflejo o la expresión de un sentimiento o emoción de la sociedad, de la psicología social. Ya no proyectamos porque la demagogia implicaba aplicar la formación y la inteligencia para proyectar una esperanza, hoy no. Directamente, somos el reflejo de lo que está pensando, o lo que siente la sociedad. Casi te diría que es un populismo líquido porque se va adecuando a lo que dice la encuesta, no tiene ningún sustento ni coherencia en el tiempo sino que se va acomodando a lo que la encuesta demanda. En este caso, y producto de lo que describimos anteriormente de su génesis, Milei es la persona ideal, entre comillas, como candidato y la persona casi es una contradicción con lo que se necesita como estadista. Pero como candidato es espectacular) hoy en el mar de incertidumbres, en una sociedad que está fragmentada. Recién acabo de ver el Muro de Berlín, estos pedazos del muro que tenés en esta casa, y uno apela a esa parte de la historia, donde la sociedad estaba dividida en dos partes prácticamente, la derecha y la izquierda, y la sociedad, apelando a Bauman, era sólida en cuanto a las instituciones y en cuanto a la intermediación. La aparición de las redes, primero que eran esas redes que decíamos que era una transformación positiva porque nos podíamos comunicar más, iba a ser una democracia más rica, con más información. Y de repente la información pasó a ser muy abundante, la infoxicación, de Chul Han, y pasa a ser la atención el tema prioritario. Lo que no tiene hoy la sociedad es la atención. Y ahí aparece el consultor, inteligentemente, que dice apelemos a las emociones negativas, que es lo que provoca la reacción en el electorado, porque el electorado ya no presta atención. Y utilicemos la inteligencia artificial con los algoritmos, que la sociedad, a diferencia de antes, ahora se confiesa todas las mañanas, agarra el celular y empieza a decir el me gusta esto, me gusta lo otro. Entonces a esa sociedad fragmentada que nosotros no podemos hablar y mandar un mensaje de manera homogénea, está solucionado a través de la inteligencia artificial que estudia esa fragmentación, que además es radicalizada porque la información que se nos acerca es información que nos elige. Antes, elegíamos nosotros la información, ahora la información nos elige a nosotros, nos radicaliza en tribus. La inteligencia artificial estudia esas tribus, pero la sociedad va para la fragmentación. Ahora yo apelo a la emoción negativa que me cohesiona mi propio electorado, pero que me aleja de quien piensa distinto. Y sí me genera un negocio desde el punto de vista electoral. Entonces, aparece Milei y agrede, y tiene un enemigo todo el tiempo, todos los días desde que gobierna y antes. Eso le reditúa electoralmente, lo ha llevado a la Presidencia de la Nación. Ahora, desde esta descripción sintética y desde este lugar de la agresión, de la apelación a la ira y tener un resultado positivo a la construcción, al puente con la diversidad, con el pensamiento distinto, hay una distancia muy grande, que es donde tengo mi principal preocupación. 

¿Vos creés que Milei va a cambiar su carácter para transformarse en eso que es necesario para el rol de Presidente, que es distinto para el rol de candidato o creés que se va a mantener igual que hasta ahora? 
Si sigue igual que hasta ahora, que vamos a tratar de obviar que sea algo de su personalidad, que no pueda cambiar, vamos a pensar que sigue en modo de táctica electoral, que es más fácil.

Que sería un error de táctica electoral, no un problema psicológico. 
Quiero ir para ese lado. Si es un problema de táctica electoral, tendría que observar lo ocurrido en estos últimos tres meses como para reaccionar y buscar cambiar de una táctica electoral a una estrategia de gobierno. Quiero dar créditos porque a mí me gusta y siempre estuve parado en el lugar de lo constructivo. Yo quiero ser constructivo con el Gobierno, quiero ayudar al Gobierno. El bloque nuestro quiere ayudar al gobierno. Esta semana, el lunes, tuvimos una reunión con el ministro del Interior y para sorpresa, y de las buenas, apareció el jefe de Gabinete, Posse, que no lo conocíamos ninguno de los actores que estábamos presentes y fue una reunión muy distinta al proceso de estos últimos 90 días. Una reunión cordial, una reunión donde se escuchó a las dos partes, donde se discutió los puntos de lo que puede ser la próxima ley en los próximos días. Y si la ley se hubiera iniciado como iniciaron el proceso en esta instancia, hoy el Gobierno tendría gran parte del DNU, porque lo podría haber transformado en ley, y gran parte de la ley ómnibus resuelta. No sé si toda, porque creo que se caía. La ley ómnibus se cayó por su propio peso en el recinto de la Cámara de Diputados. No tuvo otro problema la ley que la mala praxis en la gestión, para llegar a un resultado positivo. El lunes se inició distinto. Entonces, como argentino preocupado por la situación del país, producto de esa reunión quiero dar un crédito y quiero pensar que los exabruptos del Presidente son más una continuidad de una táctica electoral y un impedimento para hacer una transición que una estrategia de gobierno. 

Entonces, por qué no proyectás cuál creés que serían, tanto del DNU como de la ley Bases, aquellas cosas que sí pasarían con un acuerdo en la parte de la oposición dialoguista, cuáles serían las que pasarían y cuáles no, o cuáles serían posibles. 
Yo creo que todas son posibles pero todas tienen posibilidades de cambio. Hay que aceptar reformas. Es lo que sucede en un gobierno de minorías y en un gobierno parlamentario. Hay inquietudes. La diversidad enriquece. Hay bloques que tienen una vida estudiando el sistema previsional. En nuestro bloque tenés la Coalición Cívica, tenés a Alejandra Torre de Córdoba, que pobre por un voto contrario, en el articulado de la ley ómnibus el Gobierno llevó a desperdiciar, creo, al mejor funcionario que tenía: Giordano. Era templarse y aceptar que su mujer tiene independencia de criterio y libertad de opinión y para votar, obviamente, como consecuencia. Estas son las cosas que lo arruinan, la pasión, la emoción. Hasta la reforma laboral se habló este lunes. En gran parte, hay acuerdos para votar esa reforma, la fórmula previsional, el ajuste fiscal. Todos estamos de acuerdo en que el Estado fue un estado expansivo y con un gasto casi pornográfico los últimos veinte años. Casi que vamos en paralelo al mundo, porque en la crisis financiera del 2008 por supuesto que la expansión económica de Estados Unidos tuvo que ver con las Torres Gemelas, porque tuvieron mucho temor a la recesión que iba a producir esto, el impacto en Occidente. Crisis de 2008, ajuste. Pero ojo con esto del ajuste, porque hoy en el mundo entero todos los días tenemos menos miles de ciudadanos que viven en democracia, porque ese ajuste lo que hizo fue descalzar a la clase media, a la juventud que cree que le han robado el futuro. Entonces, la juventud hoy está indignada y la democracia es utilizada para votar personas que reflejan esa indignación, pero que el problema que han tenido los otros países es que esas democracias se convirtieron –este es el riesgo– en autocracia inmediatamente, porque quien ingresó a gobernar no quiere las intermediaciones para hacerlo. Entonces este bloque, Hacemos Coalición Federal, está para votar un ajuste fiscal y es consciente de que el Estado exageró en sus gastos. Todos somos conscientes. Ahora, este bloque está para proteger la República y está para proteger a los que menos tienen. Yo creo en el capitalismo que creó el Estado de bienestar, y en el liberalismo anterior. Yo creo en la tiranía del mérito. Hay una lotería social donde nacemos y hay una lotería genética como salimos. Y tiene que aparecer el Estado, para mí no es criminal. Entonces, nosotros somos cuidadosos de estas dos partes, vamos a cuidar que los excluidos no sean tantos, porque así pasó en el mundo. La crisis de 2008 lo que hizo fue excluir en Occidente. 

¿Sos optimista respecto a que se puede llegar al Pacto del 25 de Mayo? 
No soy optimista de cómo se genera el pacto. Nos pasó a nosotros, nos pasa a todos. Para mí, los pactos hoy son muy mediáticos. La transición de la Moncloa eran muchas conversaciones personales. Es mucho diálogo, es tomar confianza con el otro. En esta reunión que tuvimos el lunes pasado ponderé eso, el vernos a los ojos. La rosca parece hoy una cosa fea de la política, pero cuando dije que reivindicaba la rosca lo que defendía era el encuentro personal. Para cualquier negocio, la mirada del otro, el conocimiento del otro, ayuda a generar la confianza. Entonces, ¿qué me parece lo del 25 de Mayo? Me parece más comunicacional que sustancial. Me gustaría que se hubiera llegado a un pacto producto de muchas reuniones, de consolidar un objetivo en común. Porque ahora anunciamos el pacto y hay como una dispersión hasta el nuevo encuentro en mayo en Córdoba. Entonces, como todos los pactos que hubo hasta ahora, casi todos fueron comunicacionales. Pero me gustaría que haya un pacto en serio en Argentina, en las cosas que tenemos en conjunto una mirada parecida. 

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil.

 

por Jorge Fontevecchia

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