«Es crucial no dar marcha atrás sobre el Pacto Verde»

Pero, ¿ha llegado tarde la UE en este sentido?

Creo que deberíamos haber empezado mucho antes. Pero creo que tener este cambio y ahora, y esto es crucial para las elecciones, no dar marcha atrás en el camino que nos hemos marcado en esta legislatura es de absoluta importancia, no sólo para cumplir los objetivos y las metas que tenemos cuando se trata de política climática, por ejemplo, sino también para crear para la economía, para las empresas, una cierta forma de previsibilidad de que este es el camino que Europa está siguiendo.

¿Ve un cambio en algunos grupos políticos respecto a precisamente el Pacto Verde? Pienso por ejemplo en las divisiones en el PPE…

No está muy claro qué pretende hacer el PPE, qué tipo de salida estratégica tiene. El lunes, Ursula von der Leyen puede decir que seguimos con el Pacto Verde. Y el miércoles, Manfred Weber dice que queremos revertir el fin de la combustión interna. Así que básicamente, hay una completa cacofonía estratégica que viene del PPE en este momento. Y creo que aquí es donde los Verdes tenemos una gran responsabilidad. Porque sabemos que si queremos continuar en este camino, si queremos continuar los pasos, los pasos exitosos que hemos dado, necesitamos tener una claridad y una causa clara diciendo que el Pacto Verde tiene que continuar, porque siempre estuvo claro que no se iba a acabar esta legislatura. Es un proyecto a largo plazo.

¿Entonces? 

Si defiendes las razones de cumplir los objetivos climáticos, pero también por la previsibilidad económica, por cuestiones de seguridad que están relacionadas con ello, como, por ejemplo, independizarnos de las importaciones de fósiles de dictadores de todo el mundo, entonces, por supuesto, deberías votar a alguien que sea muy claro al respecto. Y, por desgracia, el PPE ahora mismo no lo es.

¿Y asumen los Verdes la necesidad de encontrar un equilibrio entre la política climática y la inversión en Defensa, que ahora es un tema de primer orden para la UE?

Son temas diferentes pero creo que están claramente relacionados. El Pacto Verde por ejemplo da seguridad e independencia a la UE respecto a gente como Putin. Porque, al fin y al cabo, si dependemos completamente de las importaciones de energía, la capacidad de defendernos, si Vladimir Putin decide extender aún más su imperialismo agresivo, sería mucho menor. Nos hemos puesto en una situación en la que podríamos sentirnos chantajeados. Y creo que esto es algo de lo que tenemos que aprender, y para ello necesitamos el Pacto Verde. Pero también creo que en este mundo cambiante, con la situación de seguridad que se ha convertido, y odio decirlo, ya sabes, me gustaría que no fuera cierto. Pero es una realidad que los retos de seguridad a los que se enfrenta Europa han aumentado en los últimos cinco años.

Esos retos han cambiado las prioridades para la Unión.

Tenemos que aprender de lo que hemos vivido y mirar por ejemplo que existe la posibilidad de que Donald Trump sea elegido de nuevo en Estados Unidos. Por eso creo que es tiempo de trabajar mucho más, y mucho más juntos. Y para eso necesitamos cambios institucionales. Si me preguntan, el hecho de que en política exterior de seguridad haya unanimidad no está a la altura de lo que nos espera en los próximos años. Porque necesitamos eso. Y, ya sabes, porque necesitamos ser más rápidos a la hora de actuar. Y para eso, creo que tener decisiones por mayoría cualificada en el consejo es el camino mucho más aconsejable. Pero también cuando se trata de estrechar la cooperación en política de defensa.

¿Tiene que mejorar por tanto la UE su coordinación?

La UE es un proyecto de paz, claro, lo creo de verdad, pero también tiene que actuar más rápido en muchos aspectos. Tenemos una política de defensa en la Unión Europea que en muchos aspectos no sólo no está coordinada, sino que muy a menudo está organizada de forma muy ineficiente. Si comparamos el dinero que gastamos, por ejemplo, con el que se gasta en Estados Unidos, y la capacidad que obtenemos de ello como europeos, creo que tenemos una relación. Gastamos alrededor de la mitad de lo que gastan los EEUU como países de la UE, y obtenemos alrededor de una décima parte de la capacidad que tiene la UE.

Le he preguntado por los éxitos de la UE en estos años, pero, ¿cuál cree que ha sido por otra parte el mayor error?

Hablaría del salario mínimo europeo, que es solo una pieza de la Europa social. pero creo que es sólo una pieza del rompecabezas cuando se trata del salario mínimo europeo. Creo que deberíamos hacer mucho más para construir un tejido social en toda Europa en el que la gente sienta que no va a caer entre las grietas. Además, creo que necesitamos urgentemente una directiva de renta mínima para que tengamos un sistema de apoyo mínimo para los ciudadanos de toda la UE. Y creo que tenemos que hacer más para reforzar los derechos de los trabajadores. Porque, obviamente, vemos que estas fricciones sociales que hay en nuestras sociedades, y estamos atravesando una crisis del coste de la vida, no sólo son problemáticas por la desigualdad inherente, sino también porque están amenazando nuestra democracia.

Creo que deberíamos hacer mucho más para construir un tejido social en toda Europa en el que la gente sienta que no va a caer entre las grietas

¿Ve usted un Parlamento Europeo más extremista en la próxima legislatura, con más presencia de los grupos de derecha radical? Es algo que señalan todos los sondeos.

Creo absolutamente que existe la amenaza de que se produzca un giro a la derecha. Y, de hecho, que los partidos nacionalistas antieuropeos autoritarios de extrema derecha van a ganar terreno. Y como puedes imaginar, ya sabes, como Verde, esto es en sí mismo problemático, porque van a atacar el Pacto Verde, van a atacar las políticas feministas. Pero quiero decir que también desde un punto de vista estructural, de tener políticas europeas listas para actuar, de tener una toma de decisiones que funcione, esto es una amenaza muy grande. Porque ya podemos ver ahora que en muchas cuestiones, especialmente porque tenemos cada vez más gobiernos en los que la extrema derecha forma parte, la toma de decisiones europeas se está volviendo más difícil en el Consejo. En muchos casos, el Parlamento Europeo ha sido la fuerza motriz, porque en la mayoría de los casos teníamos mayorías democráticas proeuropeas estables en el Parlamento. 

Sobre esa división hemos visto lo sucedido con la ley de restauración de la naturaleza, que es un pilar precisamente del Pacto Verde.

Ahí vimos que el PPE decidió trabajar de la mano de ECR y ID y eso demuestra que si el Parlamento deja de ser una fuerza motriz con una visión democrática y proeuropea que represente los intereses de los ciudadanos en la búsqueda de soluciones, será más difícil avanzar, y de nuevo, no es algo para dentro de 10 o 15 años, tenemos que avanzar en los próximos cinco años. Así que también, desde un punto de vista puramente estructural, sería una gran amenaza para los ciudadanos europeos si tuviéramos cada vez más miembros de extrema derecha en el Parlamento Europeo.